Obesidad Infantil
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Los niños con sobrepeso u obesidad tienen más riesgo de convertirse en adultos con obesidad, en comparación con los niños que tienen un peso saludable.
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La obesidad infantil provoca más riesgo que niños desarrollen condiciones crónicas que antes eran consideradas problemas de adultos, a edades más tempranas: diabetes, hipertensión o colesterol alto.
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La obesidad infantil puede generar baja autoestima y depresión.
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Dos estrategias claves para reducir la obesidad infantil son mejorar la alimentación y la actividad física.
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No todos los niños que tienen algunas libras extras están sobrepeso. Algunos tienen una estructura corporal más grande que el promedio. Para conocer si el peso es un problema de salud, los pediatras utilizan: gráficos de crecimiento, índice de masa corporal y otras pruebas. Consulta siempre con el pediatra de tu niño tus preocupaciones en torno a su crecimiento y desarrollo.
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Los dulces, postres alto en calorías, azúcares y grasa, las bebidas azucaradas, así como la comida de bajo valor nutricional pueden contribuir al aumento de peso. Algunos de estos alimentos están en envolturas coloridas que suelen ser más atractivas para los más pequeños.
Cambiemos nuestra idea sobre la alimentación en la niñez. ¡La porción está en su mano!
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La cantidad de alimentos necesaria para un niño no es la misma que la de un adulto.
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Puede dejar comida en su plato, si se siente satisfecho.
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Sustituye los jugos y bebidas por agua.
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Espera que el niño pida más comida, antes de servirle una porción extra.
Recomendaciones para una mejor alimentación en la niñez
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Ofrece una variedad de alimentos de todos los grupos para toda la familia.
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Vayan de compras juntos y habla de dónde provienen los alimentos de cada grupo, presenta alternativas saludables para que los niños escojan.
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Invita a tus hijos a cocinar y presenta los alimentos de forma creativa.
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Ofrece lo mismo a toda la familia para añadir variedad y facilitar el proceso de cocinar.
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Premia o consuela con cariño y afecto; no con dulces y postres.
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Evita distracciones en la mesa. Hablen y hagan divertida la comida en familia.
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Si tienen hambre ofrece meriendas saludables, aunque no sea hora de comer. Ofrece opciones antes de cocinar un menú específico que no sea de su agrado.
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Evita que tus hijos pasen más de 2 horas frente a la tecnología y promueve el juego al aire libre y la actividad física.
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Ofrece y prueba alimentos nuevos. Sírvelos con alimentos conocidos o cuando se tiene mucha hambre, sin llegar a discusiones o forzarlo para que coma.
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Asegúrate de que tu hijo duerma lo suficiente. Algunos estudios indican que dormir muy poco puede aumentar el riesgo de obesidad.
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Sé parte de las actividades y los juegos de tus hijos. Enséñale ejemplos de cómo estar físicamente activos.